Nació en La Guaira el 15 de diciembre de 1789.
Fue hijo de Antonio Soublette y Piar y de Teresa Jerez de Aristigüieta.
Su carrera militar inicia el 18 de mayo de 1810 cuando ingresó en el servicio de Armas como portaestandarte en la caballería de Caracas, ese mismo año ascendió a Alférez y en enero del año siguiente fue ascendido a teniente.
En 1811 estuvo a las órdenes del general Francisco de Miranda, junto a él actuó en la campaña contra la insurrección de Valencia y fue ascendido a Capitán.
El 12 de febrero de 1812 contrajo matrimonio con Olalla Buroz.
Estuvo a cargo de uno de los escuadrones de caballería contra la ofensiva realista comandada por Domingo de Monteverde.
Cuando cayó la Primera República, fue encarcelado en el Castillo de San Felipe en Puerto, siendo liberado en 1813, cuando se alistó en el ejército Libertador.
Participó en la batalla de Bárbula en septiembre y en octubre en la de Trincheras. Para el mes de noviembre de ese mismo año de 1813 fue el secretario del general José Félix Ribas quien era gobernador militar de Caracas. Ese mismo mes combatió en la batalla de Vigirima y el año siguiente en las batallas de La Victoria, en San Mateo, Carabobo y La Puerta
También tuvo una destacada participación en la batalla de Aragua de Barcelona.
Cuando cayó la Segunda República se marchó a Nueva Granada en compañía del Libertador participando en las acciones militares que realizó este último en Santa Fe de Bogotá, Magdalena y Cartagena.
En 1816 emigró a las Antillas y en Haití formó parte de la expedición de Los Cayos en las costas venezolanas.
Asistió a la Asamblea de la Villa del Norte (Margarita) el 6 de mayo del mismo año. El 1 de junio, durante la toma de Carúpano por las tropas de la expedición, y bajo el mando directo del general Manuel Piar, actuó contra el flanco izquierdo de la ciudad. Allí fue nombrado Gobernador del Cuartel General y, el 23 del mismo mes, recibió el nombramiento de jefe del Estado Mayor General interino, en reemplazo del coronel Henri Ducoudray-Holstein.
Durante el desembarco de la fuerza expedicionaria en el puerto de Ocumare, Soublette era Comandante dela vanguardia, el 6 de julio de ese año. El mismo día marchó con una columna a los valles de Aragua, con el encargo de apoderarse de la zona y organizar una división con la cual aseguraría la acción del resto de las tropas que se hallaban bajo el mando directo de Bolívar, habiendo fracasado Soublette en los valles de Aragua, se replegó hacia Ocumare y se estableció en las alturas de Los Aguacates, donde rechazó el ataque del brigadier Francisco Tomás Morales el 10 de julio. El 14 del mismo mes repitió Morales el ataque y logró derrotar en la misma área a los republicanos, mandados en esa ocasión por el general Bolívar.
Bajo las órdenes del general de brigada Gregor Mac Gregor, participó Soublette en la operación conocida como “Retirada de los Seiscientos”, efectuada desde Choroni hasta Barcelona. Combatió en la batalla de El Juncal (27.9.1816). Después de esta acción el general Manuel Piar dirigió el ejército hacia Guayana y Soublette, por hallarse enfermo, quedó en El Pilar (Edo. Anzoátegui), El 31 de diciembre del mismo año se incorporó a las fuerzas del general Bolívar que, procedente de Haití, desembarcó en Barcelona.
El 2 de enero de 1817 Bolívar lo nombró miembro de la Orden de los Libertadores de Venezuela. El 9 del mismo mes, actuó con Bolívar en el combate de Clarines, en el cual fueron derrotados los republicanos. Allí recibió Soublette una herida. El 23 del citado mes fue comisionado ante el general en jefe Santiago Mariño para que tratase de convencerlo de la necesidad de que uniese sus fuerzas con las de Bolívar. En marzo marchó con Bolívar a Guayana y tomó parte activa en las operaciones para la liberación de la provincia. Para entonces era sub-jefe del Estado Mayor General. El 24 de septiembre recibió el nombramiento de Jefe del Estado Mayor General y, el 3 de octubre, el de fiscal en el juicio a que fue sometido el general en jefe Manuel Piar. El 9 de noviembre de ese año fue nombrado miembro del Consejo de Estado, el cual debía reunirse en Angostura el 10 de diciembre.
En 1818 actuó en la campaña del Centro en la de bajo Apure y en la de Nueva Granada. Al año siguiente en el 7 de agosto participó en la batalla de Boyacá siendo el responsable de uno de los cuerpos del ejército vencedor. El 5 de septiembre Bolívar le confió la misión de marchar a Venezuela con una columna. la cual sería la vanguardia del ejército que bajo las órdenes del propio Bolívar, debía activar las operaciones en Venezuela. El 9 del mismo mes, recibió la Cruz de Boyacá.
Junto con el general José Antonio Páez, Soublette ocupó los valles de Cúcuta, recién evacuado por la división realista que mandaba el marisca de campo Miguel de la Torre. Soublette lo persiguió y tomó contacto con él en el alto de las Cruces el 23 de septiembre. Entre San Antonio y Capacho. La acción fue indecisa. De allí siguió poco después hacia el bajo Apure y Guayana.
El 1 de mayo de 1820. Bolívar lo propone ante la Comisión permanente del Congreso para el ascenso a general de división, pues los servicios que ha prestado a la República “…lo hacen digno a una recompensa igual a la que se concedió a los generales Anzoátegui y Santander…”. El mismo día, mediante decreto ejecutivo, fue nombrado Vicepresidente interino de Venezuela con el encargo de dirigir la guerra en oriente.
En 1821, durante la ejecución de la diversión sobre Caracas y valles de Aragua. por el ejército de oriente, Soublette siguió de cerca el curso de las operaciones. Derrotado el general José Francisco Bermúdez en El Calvario (Caracas) el 23 de junio de ese año, Soublette se estableció en Rio Chico, en espera de refuerzos y material de guerra de Guayana.
En 1822 ejerce funciones de Intendente del Departamento de Venezuela y se encarga de la dirección de la guerra en la provincia de Coro, donde operan fuerzas realistas bajo el mando del mariscal de campo Francisco Tomás Morales. El 20 de julio de ese año sorprendió y destruyó en Mitare la mejor parte de la caballería realista. Morales se retiró a Coro. El 7 de septiembre fue derrotado por Morales en el combate de Dabajuro.
En 1824 recibió el nombramiento de Intendente del Departamento de Magdalena, por renuncia de su titular el general Mariano Montilla.
El 3 de marzo de 1825, por renuncia del general Pedro Briceño Méndez, fue nombrado Secretario de Guerra y Marina de la República de Colombia, con sede en Bogotá. El mismo año es candidato a la Vicepresidencia dela República.
En 1828 acompaña a Bolívar como Secretario General en Bucaramanga (Colombia). Al año siguiente es elegido Diputado por la provincia de Carabobo al Congreso Constituyente de Colombia (Admirable), que se reúne en Bogotá a comienzos de 1830; pero no llegó a asistir al mismo, y permaneció en Caracas, donde se hallaba desde mediados de 1828 desempeñando las funciones de Jefe de Estado Mayor del Departamento del Norte (Venezuela).
En enero de 1830, al producirse la separación de Venezuela de la República de Colombia, fue nombrado Secretario de Guerra y Marina de Venezuela.
En 1834 fue postulado candidato a la Presidencia de la República; eran sus contendientes los generales Bartolomé Salom y Santiago Mariño, el abogado Diego Bautista Urbaneja y el doctor en medicina José María Vargas. Este último fue el ganador.
En 1835 y 1836 cumplió las funciones de Ministro Plenipotenciario y Enviado Extraordinario en Inglaterra y España, con la misión de pedir a dichos Estados el reconocimiento de la Independencia de Venezuela.
En 1837 fue elegido Vicepresidente de Venezuela y asumió la Primera Magistratura por haber renunciado Vargas en 1836. Ejerció este cargo hasta el 28 de enero de 1839.
1837 – 1841
Como consecuencia dela renuncia del presidente José María Vargas que es aceptada por el Congreso el 24 de abril de 1836. Andrés Narvarte se encarga de la Presidencia dela República hasta el 20 de enero de 1837. Cuando concluye su periodo vice-presidencial. Mientras el Colegio Electoral llevaba & cabo las elecciones para escoger al nuevo Vicepresidente Constitucional. Ocupa el cargo interinamente el general José María Carreño en su carácter de Vicepresidente del Consejo de Gobierno hasta el 11 de marzo de 1837 cuando es remplazado por Carlos Soublette. Ejerce la Presidencia de la República hasta 1839 cuando se cumplía el periodo de Vargas.
Lo acompañan en el gabinete:
Ramón Yepes y José Luis Ramos, quienes sirven en la Secretaría de Estado;
Santos Michelena en Hacienda y Relaciones Exteriores;
Guillermo Smith Secretaria de Guerra y Marina
El gobierno se inicia bajo una apariencia de paz interior, toda vez que estaban juzgados y desterrados o en prisión los principales comprometidos en la llamada “Revolución de las Reformas” de 1835-1836. Sin embargo, una de las primeras medidas que el gobierno se ve obligado a tomar es la de levantar un ejército para someter a Francisco Farfán, uno de los indultados por participar en la mencionada revolución y que se había alzado en los llanos de Apure.
El Congreso autorizó al Poder Ejecutivo para poner sobre las armas a 2.000 hombres y a llamar al servicio, si fuera necesario, hasta 8.000 milicianos; a la cabeza del ejército fue colocado el general José Antonio Páez, quien disolvió exitosamente la insurrección. A instancias de Soublette, el 22 de mayo de 1837, se decretó una amnistía para todos aquellos reformistas que se encontraban dentro del territorio nacional, estuvieran o no encausados; el 5 de junio del mismo año, se dictó un segundo decreto de indulto incluyendo a los comprometidos en el movimiento de Farfán, pero exceptuando a los cabecillas de dicha insurrección.
En 1837, Soublette nombró a Daniel Florencio O’Leary Encargado de Negocios en el Vaticano, en búsqueda del Derecho de Patronato, no como herencia de España, ni como concesión de la Santa Sede, sino como elemento inherente e inseparable de la nueva soberanía venezolana; la negociación quedó pendiente por las dificultades encontradas.
La actitud de Soublette le ganó la animadversión de algunos de sus mismos partidarios y la de los adeptos al doctor Vargas, quienes se pronunciaban por el mantenimiento de las medidas punitivas severas que se habían dictado con anterioridad. Como resultado, se desató en la prensa un violento debate defendiendo al presidente Soublette o acusándolo de haber violado la Constitución.
A la difícil situación interna se sumó, a partir de 1837, la crisis económica que afectó a los Estados Unidos; Venezuela estaba ligada a ese país por nexos comerciales, de modo que al declinar la demanda y, por consecuencia, los precios del café y el cacao, principales productos venezolanos destina» dos al comercio exterior, se quebrantaba igualmente la economía interna. Con el fin de percibir mayores ingresos se decretó, en 1837, la creación de Juntas Económicas en las capitales de provincia, encargadas de controlar el contrabando y facilitar el cobro de los impuestos. Aumentaron los derechos para los renglones exportables, el impuesto de la sal, asi como los impuestos para la fabricación de aguardiente y bajaron. entre el 2%y el 8%. los sueldos de los empleados civiles.
En 1838, ocurrieron otros alzamientos: el de Juan Cordero y Eduardo Figueroa en Cumaná y, con mayores repercusiones, el del coronel Francisco Maria Farias en Maracaibo y Perijá; vencidos ambos movimientos, se le dictó sentencia de muerte a Farías.
Al finalizar el año de 1838, quedaban pendientes los pagos por concepto de sueldos a los empleados públicos y se había solicitado para ello un nuevo empréstito. La crisis económica afectó en 1838 a todos los sectores de la población, pero en especial a los hacendados. Un grupo de éstos, encabezados por el político y escritor Tomás Lander (que era también hacendado), se reunieron para cruzar ideas y resolvieron fundar un periódico para defender sus intereses que, a su juicio, no eran debidamente atendidos por el gobierno de Soublette; su programa, publicado en el periódico La Bandera Nacional, fue el germen inicial del Partido Liberal, que sólo se estructuraría a partir de agosto de 1840 alrededor de su vocero, El Venezolano.
Al finalizar el año 1839, se habían ejecutado 6 sentencias de muerte; a 76 individuos se les conmutó la pena máxima por prisión o destierro. La defensa del orden interno, entre 1837 y 1841, se había llevado el 45% del presupuesto. Durante ese periodo continuaron las gestiones diplomáticas en tabladas con anterioridad.
Existían relaciones diplomáticas entre Venezuela, el Ecuador. Perú, Bolivia, Nueva Granada, Chile; un Tratado de Navegación con los Estados Unidos y Tratados de Amistad y Comercio con la Gran Bretaña, Holanda. Francia, Dinamarca y las Ciudades Hansvaticas.
En 1839, el gobierno envió a Alejo Fortique a Londres, con el carácter de Comisionado para el arreglo de la deuda gran colombiana.
La población estimada de Venezuela oscilaba entre 700.000 y 950.000 habitantes concentrados en las ciudades de Caracas, Valencia, Cumana, Barcelona, Barquisimeto, Barinas, en los valles de las cordilleras y en el litoral central.
El mercado interior era reducido; se calculaba que casi la mitad de los venezolanos vivía marginada de la economía monetaria; no había industrias ni mano de obra especializada; el pueblo, en su mayoría, se ajustaba a una economía de subsistencia, basada en el trueque de bienes y servicios.
Si bien ocurrieron algunos cambios a partir de 1830, continuaba la esclavitud institucionalizada y las manumisiones se efectuaban con extrema lentitud por falta de fondos. Por el mismo motivo de falta de dinero, funcionaban Colegios Nacionales sólo en El Tocuyo, Trujillo, Coro, Guanare y Valencia y, en el Convento de San Francisco de Caracas, funcionaba el colegio “Independencia”, bajo la dirección de Feliciano Montenegro y Colón. Estos centros de enseñanza fueron facultados para otorgar grados de bachiller en Filosofía. Aparte, continuaban las Universidades de Caracas y Mérida.
En 1841, se había reformado también la “Ley de Espera y Quita” que redujo el plazo con que podían contar los deudores morosos. De esta manera, los agricultores que se habían endeudado en época de bonanza, perdieron sus propiedades durante la crisis, El descontento abarcaba también a los artesanos, aunque por otras razones: las manufacturas locales no podían competir con las elaboradas en Europa, pues éstas entraban al país pagando bajos derechos de importación. Con el objeto de resolver la situación de los agricultores arruinados, Francisco Aranda, ministro de Hacienda y Relaciones Exteriores de Soublette, ideó la creación de un Instituto de Crédito Territorial, el cual contemplaba la facilitación de préstamos a interés, a largo plazo y con créditos al 5%.
Entre tanto, en las elecciones presidenciales efectuadas a fines de 1838, Páez resultó vencedor, y recibió de Soublette el poder el 1 de febrero de 1839. Soublette continuó como Vicepresidente, pero ya no al frente del Ejecutivo, hasta 1841.
1843-1847
Para el cuatrienio de 1843 a 1847 participaron en la contienda electoral para la Presidencia de la República Santos Michelena, Diego Bautista Urbaneja y Carlos Soublette. Los liberales apoyaban a Santos Michelena y rechazaban la continuidad de José Antonio Páez (el presidente saliente) y Soublette en el gobierno. El escrutinio favoreció a Soublette, candidato de Páez, con más del 66,66% de los votos.
El 26 de enero de 1843 asumió nuevamente la Presidencia, cuando los sufragios le dieron el triunfo y el 28 de enero de 1843, se juramentó en su cargo y formó su gabinete con Juan Manuel Manrique y, posteriormente, Francisco Cobos Fuertes en Interior y Justicia; Rafael Urdaneta y, después, Francisco Hernáiz ocuparon la cartera de Guerra y Marina; Francisco Aranda, Juan Manuel Manrique y Pedro de las Casas se sucedieron en la Secretaria de Hacienda y Relaciones Exteriores.
La paz que reinaba en los comienzos de este período condujo a la reducción del ejército permanente. A cambio, se organizó la milicia, tanto activa como local. Esta última quedó fija en sus respectivas parroquias, de forma que no se paralizaran las actividades agrícolas. El mantenimiento del orden público permitió, a la vez, una mejor distribución del presupuesto nacional.
El 15 de abril de 1843 Soublette decretó el cierre de todas las causas en contra de los desterrados por ocurrencias políticas, acontecidas desde 1830 hasta 1836 y autorizó su entrada al país y su reincorporación a la vida nacional.
La demanda y el valor de las exportaciones bajaron progresivamente a partir de 1843. Las entradas por este concepto, correspondientes al año fiscal 1841-1842, alcanzaron la cifra de 7.399.923 pesos y, en 1843-1844, habían descendido a 4.408.890 pesos, es decir en un 40%. La crisis y la economía del cultivo (café y cacao como los 2 principales productos de exportación) se conjugaron con las disposiciones mercantiles vigentes que protegían al acreedor. Con la Ley del 10 de abril de 1834, también llamada “Ley de Libertad de Contratos”, el Estado había dejado en manos de las partes contratantes la fijación de los intereses y se garantizaba el pago de los préstamos mediante la subasta de los bienes del deudor.
Entre 1844 y 1846 existía amplia libertad de prensa y, únicamente en la ciudad de Caracas se publicaban 26 órganos periodísticos, de modo que este plan fue discutido a través de los mismos con gran revuelo y agitación. Soublette recibió el apoyo de todos aquellos que esperaban beneficiarse, incluyendo a Antonio Leocadio Guzmán, quien por medio de El Venezolano, promovía su candidatura para las elecciones presidenciales que se aproximaban.
En 1845, fue presentado el proyecto del Instituto ante el Congreso y, a pesar de la aceptación que tuvo en las Cámaras, fue vetado por el Poder Ejecutivo, argumentando que no era apropiado destinar fondos públicos para auxiliar a grupos minoritarios cuando Soublette asumió la Presidencia se propuso, como empresa nacional, la libertad de los derechos de exportación y la mejora o construcción de las principales vías de comunicación con el mar, la reducción de los gastos públicos y el pago puntual de las deudas contraídas por el país.
El 14 de enero de 1845, se inauguró la carretera de Caracas a La Guaira, vía que redujo considerablemente los fletes y que fue la primera obra de tal naturaleza con que contó la República; también se llevaron a cabo la mayor parte de los trabajos de la carretera de Valencia a Puerto Cabello, así como de los caminos para conectar a los llanos de Apure con la provincia de Mérida, además de varias conexiones entre puertos sobre el lago de Maracaibo y pueblos de la región andina. En Guayana, se realizó el trayecto de Upata a Puerto de Tablas y, en Cumaná, la vía para unir a Cumanacoa con el puerto de Caño Colorado en el río Guarapiche.
Con respecto a la Deuda Pública interna y externa, se cumplió a cabalidad el pago de los intereses y del capital correspondiente. De manera que, en 1845, la primera se hallaba reducida a 192.000 pesos y de la segunda se habían amortizado 5.314.731 de pesos; ambos compromisos se llevaron a cabo con grandes esfuerzos y con ello ganó Venezuela prestigio internacional.
En 1844, se invistió a Fermín Toro con el carácter de Ministro Plenipotenciario, para arreglar la cuestión de límites entre Venezuela y la Nueva Granada (hoy Colombia). Esta gestión se suspendió después de un año de conversaciones, al no llegarse a ningún acuerdo. A pesar de los buenos augurios en materia política, una circunstancia económica dio pie para que se alterara el orden público: en 1842, se había presentado una nueva crisis de mayor duración y consecuencias que la de 1837.
En cuanto a la política exterior, fue en esta etapa cuando terminó oficialmente la situación de distanciamiento con España debida a la Guerra de la Independencia, pues en 1845 se celebró al [download id=”2619″] entre ambos países. No obstante, Venezuela quedó recargada con una deuda de 20.000.000 pesos.
Para el año 1845-1846, el monto asignado al departamento de Guerra y Marina había mermado hasta significar el 23% del presupuesto, mientras que la suma destinada al de Hacienda mejoró, constituyendo el 43% del total.
En relación al aspecto educacional, la situación era la siguiente: de 540 parroquias existentes en 1843, 209 contaban con escuelas primarias y en las mismas se educaban 11.969 alumnos. En 1844, de 250.000 jóvenes de uno y otro sexo, 13.000 recibían instrucción. En 1846, bajó el número estudiantes de primaria a 12.905. Aparte de los Colegios Nacionales que funcionaban con anterioridad, se instituyeron, en este tiempo, otros en Barcelona, Maracaibo, Cumaná y Guayana. El presupuesto lo aportaba en parte la Administración Pública, en parte los representantes del alumnado.
Para las elecciones de 1846, se postularon para optar a la Presidencia de la República Antonio Leocadio Guzmán, José Félix Blanco, Bartolomé Salom y José Tadeo Monagas. Guzmán tenía el respaldo de los artesanos, el de las Sociedades Liberales que se habían expandido, tanto en Caracas como en ciudades del interior y el de todos los descontentos; pero bastantes hacendados le retiraron el apoyo, pues vieron en él a un alentador de pasiones y a un hombre radical que propugnaba una revolución social. En los meses siguientes a la promulgación de los candidatos, se dan varios estallidos insurreccionales en contra del gobierno y a favor de Guzmán. Sus seguidores, entre ellos Francisco Rangel y Ezequiel Zamora saquean en Barlovento, los valles del Tuy y Villa de Cura. Procede entonces el Consejo de Gobierno a conceder facultades extraordinarias y nombra a Páez y a José Tadeo Monagas primero y segundo comandantes del Ejerc1t0 respectivamente. Restablecido un relativo orden, el candidato liberal es excluido de la lista de electores, se le considera faccioso y se le condena, primero a muerte, luego, a cadena perpetua y, finalmente al destierro.
En las elecciones de primer grado, ninguno de los demás candidatos propuestos obtiene la mayoría necesaria que exige a la Constitución, de modo que el Congreso efectúa una nueva votación donde gana el candidato escogido por Páez y Soublette: José Tadeo Monagas.
Soublette entrega el 20 de enero de 1847 la primera magistratura al vicepresidente Diego Bautista Urbaneja, quien preside interinamente la República hasta el 1 de marzo de 1847 cuando se juramenta Monagas.
El régimen de Soublette se caracterizó por la búsqueda de conciliación con el sector militarista (protagonista de las insurrecciones entre 1830 y 1836), como hecho fundamental para la consecución de la estabilidad política. Se destaca en este período el despliegue de una gran actividad periodística, que refleja la libertad de expresión y el relativo respeto a los derechos ciudadanos que imperaron gracias a Soublette. Destaca también el cuidadoso y honesto manejo del dinero del Estado, tanto por parte del presidente como de los hombres que lo acompañaron en el gobierno.
En 1848 se hallaba en su hato en Chaguaramas cuando, el 24 de enero, se produjo el atentado contra el Congreso; hecho que indujo al levantamiento en armas del general José Antonio Páez, a quien se unió el general Soublette en calidad de jefe de Estado Mayor. El 12 de marzo de 1848 es derrotado con su jefe en la batalla de los Araguatos, emigra a Nueva Granada y se radicó en Santa Marta.
Diez años después en 1858 regresa a Venezuela por invitación que le hiciera el general Julián Castro, jefe del gobierno en aquellos momentos.
En 1860 fue Senador por la provincia de Caracas y luego Secretario de Estado en el gobierno de Pedro Gual en 1861. Después del triunfo de la Federación, se apartó de la vida pública, para volver a ella, breve tiempo antes de su muerte, en el gobierno de los “Azules”, con José Ruperto Monagas (1869-1870).
Murió en Caracas el 11 de mayo de 1870.