Aristóbulo Istúriz
A 13 años de existencia del control de cambio en Venezuela, que se ha convertido en fuente de distorsiones de toda índole en la economía y un estímulo para la corrupción, el vicepresidente Ejecutivo de la República, Aristóbulo Istúriz, insiste en que fue una medida adoptada como parte de un plan político.
Corría febrero del año 2003, después de un intento de golpe de Estado, en un escenario de fuerte inestabilidad política y tensión social, y con los coletazos de un dilatado paro petrolero. En ese momento el Presidente Hugo Chávez tomó la decisión de controlar el mercado cambiario y de regular los precios de los productos básicos, medidas que todavía persisten.
Los controles fueron un paso más del Gobierno hacia la centralización de las decisiones y la sistemática toma de control de los medios de producción, estrategia que se radicalizó en 2007, cuando la bandera del socialismo comenzó a ondear sin tapujos en el país.
El control de cambio se colocó como una medida política no como una medida económica,
afirmó Istúriz esta semana.
No es la primera vez que lo señala.
En anteriores oportunidades ha sostenido que el control es una medida política “porque si nosotros quitamos el control de cambio ustedes (refiriéndose a la oposición) sacan los dólares y nos tumban, mientras gobernemos tenemos que tener control de cambio".
A su juicio, durante 2002 la oposición venezolana “se puso de acuerdo para sacar los dólares en una semana, y a mitad de semana habían bajado las reservas internacionales a 7 mil millones de dólares (…), no teníamos cómo pagar nomina y hubo que hacer una reingeniería financiera”.
Lo curioso de estas afirmaciones es que en 13 años de control las reservas internacionales se han evaporado por el manejo del Gobierno y su administración de los ingresos y los egresos de la nación. Pero no sólo se ha reducido el monto de las reservas a niveles de 1999 sino que han perdido valor.
El valor de oro monetario cayó 12% entre enero y febrero de este año, según el Banco Central de Venezuela.
La firma ODH reporta que en febrero de 2013 las reservas en oro monetario ascendían a 20.067 millones de dólares, en 2014 cayeron a 15.105 millones, un año más tarde el monto bajó a 14.536 millones y en febrero de 2016 llegaban a 8.748 millones de dólares.
Entre 2005 y 2014 ingresaron más de 700 mil millones de dólares al país por concepto de exportaciones petroleras, de los cuales no quedan más que 3 millones de dólares ahorrados en el Fondo de Estabilización Macroeconómica.
En ese mismo período se aceleró el endeudamiento de la nación a pesar del boom de ingresos petroleros, comprometiendo la gestión futura con una fuerte carga de pagos por ese financiamiento. Tal como lo padece el país este año, cuando el monto a cancelar por deuda ronda los 10 mil millones de dólares.
Desde el 2013 el país comenzó un proceso de estancamiento económico y aceleración de las variaciones de precios, mientras el Gobierno centralizaba una mayor porción de las importaciones, desplazando una vez más al sector privado.
Jorge Giordani
Esta decisión, que seguramente también será apellidada como política, ha terminado por hundir la actividad productiva nacional ante la falta de insumos y equipos para trabajar, con severas consecuencias sobre el abastecimiento y la inflación.
A la “política” de mala administración de los ingresos, de destrucción del aparato productivo, de contracción económica, de inflación y de escasez se suma la malversación de aproximadamente 300 mil millones de dólares durante los 13 años de control de cambio, según los cálculos de Jorge Giordani, ministro de Chávez y de Nicolás Maduro entre 1999 y 2014.
¿De qué política hablan quienes gobiernan al país?