En Caracas hay un lugar como ningún otro, en él se detuvo el tiempo y muchos vehículos encontraron su última parada, para así dar fe de un pañis que también se construyó con ruedas, rieles, neumáticos, alas y motores que eran capaces de rugir con la misma intensidad de aquel que se sentara en ellos y les mostrara el camino; y es que el Museo del Trasporte Guillermo José Schael representa para los habitantes de esta ciudad, no solo una alternativa de entretenimiento también es educación a través de un paseo por la historia.
Guillermo José Schael y Jorge Belo, Packard 1940
Este espacio se fundó el 12 de octubre de 1970, gracias a la labor de un grupo de visionarios preocupados por la pérdida sin remedio de las piezas de transporte venezolano, y es que antes del museo las piezas ferroviarias, por citar alguna, terminaban convertidas en cabillas o chatarra y el museo se abocó a recuperarlas.
En el grupo de fundadores se encuentran personas como: Eugenio Mendoza, Antonio Agostini, Ernesto Armitano, Alfredo Paúl Delfino, Adolfo Ramírez Torres, Alfredo LaFuente Nieto y Guillermo José Schael, este último, por quien se le da nombre al museo debido a su notable labor como presidente y director. Desde el comienzo tuvieron como misión el rescate de piezas como locomotoras, vagones y rieles con el fin de darles un espacio para el disfrute popular. Con ese pensamiento y un incansable trabajo se lograron recuperar importantes piezas como la del Ferrocarril de Táchira, vagones del sistema Caracas - La Guaira, El Ferrocarril Central de Venezuela y la locomotora de vapor de Coro - La Vela, entre otras.
Avión de Correos, Museo del Transporte
Además a esta colección se suman coches de tracción de sangre, donados por Mendoza, 103 automotores de todas las clases y estilos como Coupés, convertibles camiones del Ejército y hasta carros presidenciales. También cuenta con aviones como el primero que se usó para el correo en nuestro país, o el primer avión de adiestramiento avanzado así como el primer simulador de vuelos jets, usado en nuestra Venezuela por los pilotos de VIASA, un globo aerostático y dos vagones del teleférico Maripérez-Ávila.
Todo esto se complementa con el salón del modelismo estático, algunas maquetas y una pequeña biblioteca donde el visitante puede consultar cualquier tema pero el plato fuerte es el transporte. Es espacio es eclético y de galpón en galpón se puede conseguir un lugar o una edificación que le remontará al pasado.
El Museo del Trasporte Guillermo José Shael es una asociación civil sin fines de lucro que cuenta con casi dos hectáreas de terreno par al exhibición de automóviles antiguos, y en algún momentos de su historia, los más modernos.
Cuenta con varias publicaciones un su haber sobre temas automovilísticos y otros transportes, tal vez la más destacada en su momento fue la revista titulada Transportes en Venezuela, la única en de su tipo en nuestro país.
Este espacio también se encuentra vinculado con algunos clubes de coleccionistas como la Asociación Venezolana de Automóviles, frecuencia se les puede ver reunidos junto a sus vehículos los días domingo.
A pesar del valor histórico y educativo que este lugar ofrece a los venezolanos, no tiene recursos necesarios para manutención, lo que los ha llevado a la realización de otras actividades con el fin de mantenerse a flote, eso aunado que hace algunos años se vio amenazado por una expropiación, acción que son duda nos acercaría más al subdesarrollo que al bien común.
La invitación a darle la importancia y el valor a los espacios que lo merecen alejándonos un poco de la cotidianidad y el caos de la ciudad y entrar a este lugar. En mi última visita, puede escuchar a un septuagenario que le comentaba, al que parecía ser su nieto de unos 8 años, cómo era Caracas cuando él tenía su edad, el carro que soñaba y cómo eran los autobuses que iban al Silencio o a Antímano; un verdadero viaje en el tiempo.
Si esto no es valioso no sé qué lo será. Para más información sobre el Museo del Transporte