Debido a la crisis económica y al deterioro sostenido de su principal industria –Pdvsa- se ha vuelto recurrente que se hable de la posibilidad de que Venezuela caiga en default, es decir, en el cese de pagos de deuda o que sea incapaz de cumplir con esas obligaciones.
Aunque Venezuela desde hace años es señalado por los inversionistas como un país de riesgo, la posibilidad de que dejara de cancelar deudas no se contaba entre los elementos de peso para tales consideraciones debido al petróleo, que es una garantía de recursos para honrar compromisos. Sin embargo, la solidez que le daba el petróleo a la nación ante los ojos de los inversionistas se ha venido diluyendo.
Ahora, con un precio del crudo en apenas 38 dólares por barril todas las alarmas se encienden, ya que 90% del ingreso del país proviene de la venta de hidrocarburos. Es verdad que en otros momentos de la historia reciente el precio del barril ha estado incluso por debajo de los 30 dólares y que la nación pudo salir adelante con sus obligaciones, pero la coyuntura actual hace inviable la economía del país con esta mengua en los ingresos petroleros.
La industria petrolera de hoy
En el negocio petrolero se puede ganar al vender el producto a un alto precio, aunque la cantidad negociada no sea mucha, algo a lo que ha apostado la OPEP en los últimos años, o se pueden vender grandes volúmenes aunque el precio sea menor, algo a lo que se inclina ahora Arabia Saudí, uno de los principales productores.
Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del mundo, pero no necesariamente tiene la industria petrolera más solvente y productiva, y eso se refleja en sus balances.
El profesor del Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiores de Administración, Francisco Monaldi, explica que "nos agarra la caída de precios en un momento en que nuestra producción ha venido declinando, aunque Pdvsa diga que se está estabilizando y que incluso en la Faja está incrementándose. Nuestra producción de crudo convencional está cayendo como nunca antes (…) Pdvsa reportó a la OPEP que producíamos 2,6 millones de barriles diarios, casi 400 mil barriles menos de lo que se generaba en 2008".
Los compromisos
Al cierre de 2014 la deuda consolidada del sector público alcanzó los 250 mil millones de dólares, un monto 47% superior al reportado en 2011, debido a una sostenida política de endeudamiento adelantada por el Gobierno de Hugo Chávez. De ese monto global, casi 50 mil millones correspondían a compromisos de Pdvsa en 2014, empresa que para el último trimestre de este año tiene que cumplir con un cronograma de pagos superior a los 5 mil millones de dólares.
Llama la atención que se ha vuelto recurrente que Pdvsa emita comunicados para informar que pagará los intereses de sus bonos a los tenedores de esos papeles, en los que acota “de esta forma, Pdvsa honra el compromiso adquirido con el pueblo y todos los inversionistas de los bonos emitidos por la empresa, lo que ratifica la solidez financiera de la principal industria de los venezolanos”.
Alejandro Grisanti, de Barclays Capital, indica que la falta de acción de las autoridades, en un escenario de bajos precios petroleros, puede llevar al país a no pagar sus deudas. “La inacción dispara las probabilidades de default”. Y añade que Venezuela y Pdvsa enfrentan hoy problemas de liquidez, pero esto puede agravarse. “De existir cesación de pagos, la esperamos después del segundo trimestre del 2016, tanto para Pdvsa como para Venezuela”.
Ricardo Hausmann, economista y ex ministro de Cordiplan, cree que el país podrá cancelar sus compromisos de deuda de este año, pero difícilmente podrá hacerlo en 2016.
Grifo abierto
Las señales de emergencia se activaron desde hace mucho, incluso con Hugo Chávez vivo y, sin embargo, los correctivos no se aplicaron. Muy por el contrario, el gasto público siguió en expansión sosteniendo la agenda política comprometida por lograr la transición al Gobierno de Nicolás Maduro quien, a dos años de gestión, tampoco ha tomado decisiones que garanticen la solvencia de la nación o que impidan el desmantelamiento del aparato productivo nacional, la alta escasez y la inflación disparada.
El Gobierno ha recurrido a endeudamientos nuevos con China, ha aceptado pagos con descuento de deudas que mantenían países beneficiarios de los suministros especiales de petróleo y ha vendido activos en el exterior, entre otras operaciones financieras con las que se ha dado un respiro, pero aun con esto ha tenido que recortar las importaciones de bienes fundamentales, por lo que todos los sectores de la economía se quejan de la escasez de divisas, algo que se hace evidente en los anaqueles de las tiendas.
A nivel interno el Gobierno ha sostenido el nivel de gasto en bolívares apelando a varios mecanismos, entre ellos el financiamiento del Banco Central de Venezuela a Pdvsa, lo que ha llenado el mercado de algo que la cultura popular conoce como “billetes sin respaldo”, elemento que profundiza varios problemas de la economía, como la inflación.
Otras formas de insolvencia
El Gobierno ha hecho frente a los pagos de deuda externa, pero lleva años corriendo la arruga que se genera por el desequilibrio fiscal. Por ello ha acumulado otras obligaciones que desatiende recurrentemente. En este renglón se cuentan las deudas generadas por la ola de expropiaciones y nacionalizaciones que activó Chávez con la profundización del modelo socialista en Venezuela a partir de 2007.
Algunos de estos casos han llegado a tribunales internacionales, con fallos que obligan al Estado a indemnizar a los afectados, pero esto no se traduce en pagos concretos. Analistas calculan que las obligaciones totales por expropiaciones se acercan a los 20 mil millones de dólares, un monto elevado para un país cuyas reservas internacionales sólo llegan a 16 mil 958 millones de dólares.
En esta misma tónica de posponer obligaciones -dada la merma en los ingresos- se acumulan desde hace años liquidaciones de dólares aprobados a los distintos sectores de la economía. A causa de estos incumplimientos los empresarios venezolanos deben cerca de 10 mil millones de dólares a sus proveedores en el exterior, lo que ha implicado pérdidas de líneas de crédito y cortes de suministros.
Adicionalmente, muchas empresas trasnacionales que operan en el país mantienen retenidos los dividendos de su gestión imposibilitadas de repatriarlos debido a esta misma situación.
Palabra de Maduro
Esta semana el Presidente Nicolás Maduro se ha referido reiteradamente al tema del desplome del precio del petróleo para asegurar que “la Revolución” seguirá adelante con sus planes y proyectos, y que cumplirá con sus obligaciones. Sin embargo, no ha concretado acción alguna para hacer frente al desplome de los precios del crudo y mitigar el impacto de esto sobre las cuentas de la nación.
Él sólo ha emitido frases que lejos de transmitir confianza despiertan más inquietud: “Estamos haciendo de tripas corazón, para seguir el rumbo de las grandes misiones y que no se pare nada”, “estamos buscando los churupitos”, “hay que hacer un esfuerzo para (…) que se mantengan las pensiones y las misiones sociales. Nosotros vamos aquí, agarrando el timón con fuerza ante la caída del petróleo y la guerra económica”.
Las consecuencias
Habrá quien piense que es preferible que el Gobierno deje de pagar sus compromisos externos y que canalice los pocos recursos a atender las necesidades de la población. Esta visión deja por fuera todo el impacto negativo de un default sobre el país.
Lo ideal sería que el Gobierno adelante acciones para ajustar el gasto público, ordene las cuentas de la nación y, de ser necesario, se siente con los acreedores a renegociar las condiciones de pago en lugar de simplemente dejar de cancelarles.
Dejar de pagar cierra el acceso del país a nuevos financiamientos, pero para un país petrolero como Venezuela puede tener serias implicaciones sobre la colocación del petróleo en el mercado. Alejandro Grisanti advierte que en el caso de Pdvsa se disparan “las probabilidades de embargo de sus activos internacionales: refinerías, tranqueros, y el mismo petróleo”.
Se recomienda leer: http://www.fundacionciev.com/venezuela-raspando-la-olla/