Aun cuando la elección convocada para el quince de octubre próximo no defenestrará a Maduro y su régimen, la oposición venezolana constituida por los hombres y mujeres que desean y aspiran a un cambio en la conducción del Estado venezolano están llamados, quizás como nunca antes, a concurrir y expresarse en las urnas electorales de esta pseudo-elección regional, lo que nos lleva a preguntarnos ¿Porqué es imperativo el voto de quienes adversan a Maduro?
Es cierto que las autoridades que resulten electas en estos comicios estarán a merced de unos Consejos Legislativos de mayoría oficialista cuyos mandatos se encuentran expirados y que habrían de haber sido renovados en este proceso electoral del próximo quince de octubre; aún peor, la ilegal Asamblea Nacional Constituyente ya ha indicado que tales autoridades deberán subordinársele. Y usted lector puede que se pregunte, en este contexto, qué sentido tiene mi voto si después de todo Nicolás Maduro continua al frente de la primera magistratura del país y no hay garantías de que quienes resulten electos se les permita gobernar.
También es cierto que las torpezas de la oposición han desmotivado a otros. Luego de afirmar hasta el cansancio que aquí no se instalaría una Asamblea Nacional Constituyente, entre otras cosas, resulta difícil continuar depositando confianza en quienes son percibidos nos defraudadores. Puede que usted y otros piensen que, sin importar lo que pase, perderá su voto o que su expresión no será respetada.
Sumado a lo anterior, también están quienes han claudicado y se encuentran explorando opciones en el exterior. Muchos de estos sienten que su esfuerzo no es acompañado por el resto de la población venezolana y consideran que han arado en el mar. Otros tantos consideran que los lideres de la oposición son se han vendido y se encuentran negociando de espalda al pueblo en República Dominicana, y otros menos concluyeron que ya es suficiente y que debemos prepararnos para el 2018. También nos encontramos quienes pensamos que los dirigentes de la oposición nos mantienen en una nave a la deriva, saben a donde quieren ir pero perdieron la brújula y continúan sin hallarla.
Cortesía de: Prodavinci
Como puede verse, se han esbozado algunas razones, pudieran ser más, que podrían contribuir en favor de la abstención. Como ya explicamos en el artículo pasado ese escenario sólo favorece al oficialismo. En ese artículo nos centrábamos básicamente en el efecto de la abstención sobre los resultados electorales, el impacto que tendría en las probabilidades de ambas parte para asirse del mayor número de gobernaciones posibles. Sin desmerecer la relevancia de los números que puedan resultar, estas elecciones son valiosas a otros fines que trascienden a las autoridades regionales que resulten electas. Se juegan los números de la consulta popular y de la elección de la ANC.
Un escenario adverso este quince de octubre a la oposición sería mucho más devastador que uno de igual naturaleza para el oficialismo. En el caso del último sólo vendría a confirmar lo que se ha comentado sobre el total con los que se elige a la írrita ANC. En el caso de la oposición, ello ensombrecería la legitimad de las acciones que se adelantaron de conformidad con el mandato “otorgado!, sembraría dudas sobre los garantes y podría incluso comprometer la imparcialidad de juicio de los expresidentes que acompañaron ese proceso.
Cortesía de: El Nacional
Aparte de ello, es preciso tener presente dos elementos adicionales. La no inclusión de la vencida renovación de los Consejos Legislativos en el proceso comicial en ciernes sugiere que el oficialismo no está dispuesto a perder espacios. Sin el músculo financiero para montar estructuras paralelas (protectorados) a las gobernaciones, la actual composición de la mayoría de los Consejos Legislativos sirve a los fines de mantener o revertir el status quo post electoral. Y además deja entrever que el oficialismo está midiendo y calibrando su maquinaria de cara a valorar si toma o no el riesgo de aventurarse en unos comicios de mayor relevancia. Adicionalmente, y aquí la importancia del voto opositor, los resultados comiciales, tanto relativos como absolutos, determinarán la fuerza de cada una de las partes en el proceso de diálogo que se sigue en República Dominicana. Una oposición exigua en cuanto a votos totales y número de gobernaciones no podrá presionar mucho. La representatividad que logre exhibir producto de los resultados electorales será su mayor activo de poder.
Y como colofón es preciso decir que no es la oposición por sí misma la que puede propiciar un cambio en el país, es la presión internacional. No obstante, para que esa presión luzca legítima precisa el apoyo interno que sólo la expresión de la mayoría opositora venezolana puede otorgar mediante unos resultados electorales favorables y contundentes el próximo domingo. El gobierno apuesta a lo contrario, a una baja participación opositora. En ese escenario le seria fácil cuestionar el verdadero propósito de la presión internacional y atribuir este a cualquier fin avieso que le permita granjear mayores favores de los regímenes totalitarios del mundo que compiten con las democracias liberales por mayores espacios de influencia en la geopolítica global.