Las ánimas y sus apariciones

Las ánimas y sus apariciones

Numerosas son las historias de fantasmas y aparecidos que componen el imaginario venezolano y es probable que todos alguna vez, en una noche sin luz (de esas que ahora son tan frecuentes), se hayan reunido junto a los amigos y familiares a escuchar la leyenda de los duendes. O quizá durante alguna visita al llano o al acampar en el Ávila hayan creído escuchar el silbido del Silbón, se hayan inquietado por el llanto de la Llorona o, acaso, habrán sentido ese escalofrío en la nuca el escuchar el temible nombre de La Sayona.

Lo cierto es que una de “las apariciones” más conocidas antes de la llegada de la electricidad a Venezuela era la referida a las ánimas. Las ánimas son las almas de aquellas personas que han muerto y que a causa de sus pecados permanecen en el purgatorio, un lugar temible en el que rodeados de fuego y de angustia, deben esperar allí hasta que la mancha de sus pecados desaparezca y sean dignos de ascender al cielo, para lograr esta purificación las almas deben estar en continua oración, rogando perdón a Dios.

La palabra ánima viene del latín: anima, y puede traducirse como soplo, aire o principio vital. En la antigüedad se pensaba que el alma estaba relacionada con el soplo o aliento que Dios había puesto en los hombres para animarlos, así que el ánima es el alma de los hombres. Desde allí pasó esta palabra al español como sinónimo de alma, pero también de alma errante.

Las ánimas y la iglesia

Nuestra Señora del Carmen sobre el Purgatorio. Anónimo caraqueño.
Iglesia de San Blas. Edo Carabobo

Existen registros de la creencia en el Purgatorio desde del siglo V y se cree que fue el Papa Gregorio Magno el inventor de este peculiar lugar, más adelante durante el concilio de Lyon en siglo XII la doctrina del purgatorio se afirma como la conocemos hoy .

En Venezuela las ánimas aparecen en algunos lienzos, pinturas y retablos del siglo XVIII, sobre todo en aquellos relacionados con la Virgen del Carmen, esto se debe a la creencia en la aparición de la Virgen María al Papa Juan XXII y a la promesa que le hiciera de rescatar de las llamas del purgatorio, al sábado siguiente de su muerte, a todos aquellos que alguna vez hubiesen vestido el escapulario carmelitano. Otra referencia en la iconografía venezolana es la que encontramos en los retablos de la Casa Parroquial de Petare, estos datan del siglo XVIII y se cree pertenecieron a una capilla dedicada a las ánimas del purgatorio para promover la devoción y sobre todo el arrepentimiento.

Aún hoy muchas personas expresan su devoción por las ánimas del purgatorio y les dedican el lunes como día para ofrecerles oraciones, acciones o encenderles velas para interceder a favor de ellas, esto es una especie de transacción o convenio a partir de la creencia de que las oraciones de los vivos ayudan a limpiar las almas de las ánimas para que asciendan al cielo con mayor rapidez. A cambio de esas oraciones, las ánimas interceden ante Dios y alcanzan los favores acordados, como sanar de alguna dolencia, conseguir un objeto extraviado o evitar una tragedia. Por otra parte, existe la creencia de que cuando alguna persona está cercana a la muerte, las ánimas se acercan a esa persona y rezan por su alma.

Esquina de ánimas

Esquina de Ánimas, principios S. XX

El coraje de algunos era puesto a prueba durante el siglo XIX al caminar por una Caracas oscura y solitaria, muchos de estos caminantes nocturnos eran bebedores o bohemios o algunos universitarios que afirmaban haber escuchado rezar a las ánimas alguna vez y otros tantos decían que habían sido testigos de una multitud confusa y devota que caminaba en la oscuridad en medio de un canto religioso. Si bien muchos señalaban que no llegaron a ver la multitud, sí afirmaban haber oído las voces que salían de la tierra misma cantando el Ave María o rezando el Rosario.

En ese entonces se pensaba que si algún caraqueño estaba despierto durante la madrugada lo más seguro era que se topara con el grupo y su canto fúnebre. Los cronistas de Caracas aseguran que el espeluznante encuentro no se debía a las almas de purgatorio sino al hecho de que por las noches algunas beatas solían salir en oración. Tampoco se descarta que la idea haya sido alimentada por las bromas realizadas por estudiantes deseosos de divertirse en una ciudad oscura y silenciosa.

El asunto es que la historia llegó a tales dimensiones que la esquina cercana a Manduca, en el centro de Caracas, pasó a llamarse esquina de ánimas ya que los testimonios de los caraqueños espantados coincidían en que ese lugar era como un portal entre la ciudad y el Purgatorio mismo.

Rezar para salvarse

Ánima sola

Pero el asunto de las ánimas no se queda en Caracas ni en la historia de sus esquinas. El general José Antonio Páez era un gran devoto de las ánimas del purgatorio y que les rezaba en especial los lunes. En una ocasión fue capturado por un grupo de realistas que, de pronto, lo dejaron solo tras gritar que se acercaba el ejército patriota. Páez, emocionado, esperaba a sus hombres viendo el polvo que levantaban los caballos al acercarse, pero nunca llegaron. Se dice que fueron las ánimas quienes actuaron para librarlo de sus captores.

¿Alguna vez escuchó hablar del ánima sola? La imagen representa a una mujer de largos cabellos encadenada y envuelta en llamas, padeciendo al ser quemada por un fuego que no la consume. La historia, sin embargo, no hace referencia a una mujer sino a un soldado que se sacrificó por su compañía, pero otros aseveran que se trata del mismo Lucifer que se encuentra en el purgatorio esperando que alguien lo invoque para realizar un pacto con él. Otros creen que se trata de un alma que continúa atrapada en el purgatorio, pero esto último parece relacionarse más con el alma o ánima abandonada, los devotos afirman que se trata del alma de una persona que no ha recibido oraciones por no tener familiares o amigos y que, así como murió en soledad, continúa a solas en el purgatorio esperando recibir alguna oración que le permita y ayude a ascender al paraíso.

Ánimas en pena en Coro

Capilla de las Ánimas de Guasare

Es posible que aquellos que transitan durante las noches por la carretera que une a Coro con Punto Fijo, entre la oscuridad de Los Médanos, puedan ver a un grupo de personas famélicas que se desplazan por entre la arena, algunos apenas pueden arrastrarse. Puede que sólo los escuchen suplicar o que se conmocionen con el sonido de los cuerpos al caer. Todas estas son manifestaciones de las ánimas de Guasare -le dirán los lugareños-, las almas de aquellos que murieron por la hambruna en 1912.

Mujer de La Cienaguita, 1913

La hambruna ocurrió entre 1911 y 1914, pero el año más devastador fue 1912, cuando la sequía hizo que se perdieran todas las cosechas de Paraguaná y sus alrededores. Las tierras se volvieron estériles, el ganado murió al beber el agua del mar, los peces se alejaron y las langostas acabaron con lo que quedada. Personas y animales comenzaron a morir de hambre y sed y se dice que era posible ver a los muertos en las orillas de los caminos o junto a lo que fueron sus rebaños. Ninguna autoridad hizo nada para ayudar al pueblo, que en dos años pasó de 28.000 a 12.000 habitantes.

Los cronistas y lugareños relatan que los más pobres, esos que luego se convertirían en las ánimas de Guasare, decidieron huir de la zona como último recurso. Para ello era necesario atravesar el ismo, recorrer más de 40 kilómetros a pie para llegar al continente. Los niños y los ancianos fueron los primeros en sucumbir a causa de la deshidratación, otros se perdieron en la inmensidad de los médanos y quedaron errantes hasta que murieron de sed y hambre.

Un pastor de chivos encontró tres cuerpos de las víctimas de la hambruna de Guasare durante la sequía de mediados del siglo XX, y fue entonces que se construyó la capilla que hoy recuerda la hambruna de 1912.

Las ánimas de Guárico

En el estado Guárico no sólo la tierra es fecunda, sino también existe una gran abundancia de historias de fantasmas, apariciones y ánimas, de allí provienen el ánima de Pica-pica y el ánima de Taguapire.

Santuario del Ánima de Pica Pica

En Chaguaramas, en el estado Guárico, se habla con gran respeto de José Zambrano, el ánima de Pica-pìca, pudo ser un hombre trabajador que murió de fiebre amarilla mientras realizaba el recorrido de su trabajo, pero otras leyendas dicen que era un soldado de alguna de las guerras que asolaron al país y que al ser herido, asustado ante la posibilidad de la muerte, se propuso no entregarse y se mantuvo en pie convencido de que de esa forma ni la muerte, ni los animales se acercarían para llevárselo, porque era posible que lo rescataran; pero no ocurrió así. El soldado murió, pero por algún hecho inexplicable el cuerpo no se descompuso.

Muchas semanas después un terrateniente que se encontraba por el lugar buscando un ganado perdido, se encontró con el cadáver de José Zambrano. En principio se atemorizó, pero luego sintió tristeza por aquel hombre que había muerto solo. Lo cubrió con algunas ramas y le hizo la promesa de regresar para enterrarlo dignamente al recuperar su ganado, y en ese mismo instante el ganado apareció y el terrateniente asombrado se ocupó de sepultar el cuerpo de Zambrano bajo una mata de pica-pica. Desde ese momento se empezó a correr la voz de que aquel hombre enterrado bajo la mata de pica-pica concedía favores a aquellos que le son devotos.

Santuario del Ánima de Taguapire

María Francisca Duarte, es el ánima de Santa María de Ipire. Fue una comadrona conocida por sus virtudes, su bondad no competía con su carácter ascético o su piedad.

La leyenda cuenta que Mamá Pacha, como la llamaban, enfermó y murió de paludismo. Las personas que la conocieron la prepararon para el entierro, para lo que debían trasladar el cuerpo atravesando el río, pero ocurrió que al llegar el río tenía un caudal tal que hacía imposible cruzarlo, por lo que los dolientes decidieron colocar el cuerpo debajo de un árbol de Taguapire que estaba cercano a la orilla. A la mañana siguiente cuando río había recuperado su caudal los dolientes quisieron seguir la marcha, pero el cuerpo de Mamá Pacha se había hecho muy pesado y nadie, ni aun en grupos de seis hombres, pudieron levantarlo. Interpretaron esto como una señal y decidieron enterrar el cadáver debajo del árbol de Taguapire.

Se dice que años después un llanero que buscaba unas reses perdidas, se sentó a descansar bajo el árbol y recordando a Mamá Pacha le rogó que lo ayudara a recuperar el ganado, a cambio de lo cual él colocaría un cercado con palmas para que nadie pisara la tumba. Las reses aparecieron, pero el llanero no cumplió la promesa hecha, por lo que Mamá Pacha se le apareció reclamándole su falta de palabra. El llanero suplicó perdón y mandó a construir un monumento para honrarla, que con el tiempo se convirtió en una capilla.

José Gregorio de la Rivera

Oración a José Gregorio de la Rivera

Tulio Febres Cordero recoge en una de sus obras la historia del ánima de José Gregorio de la Rivera, un merideño del siglo XVIII que se dice asesinó a su esposa en un ataque de celos, otras historias lo señalan como el asesino del cura Francisco de la Peña y Bohórquez, al que mató de un disparo. La leyenda señala que José Gregorio Rivera huyó en dirección al sur la noche de los asesinatos pero aun cuando cabalgaba y cabalgaba siempre volvía al mismo sitio, la Plaza Mayor frente a la catedral de Mérida, aterrado y al darse cuenta de lo que había hecho se arrodilló e imploró perdón a Dios, momento en el cual el alma de su esposa se apareció ante él y le dijo que para alcanzar el perdón debería dedicarse a ayudar a todo el que se lo pidiera hasta el día del Juicio Final.

José Gregorio de la Rivera murió esa misma noche y desde entonces se aparece a ciertos escogidos y se ofrece a ayudar a las personas que se encuentre en peligro. Otras historias señalan que fue capturado, excomulgado, llevado a juicio y condenado a muerte y que años después se apareció a una religiosa ofreciendo gracias a cambio de oraciones.

Otras ánimas famosas

  • El ánima de Ajilerito en el estado Apure

  • El ánima de la Yaguara en Valencia, que se trata de un desertor del ejército de Gómez

  • El ánima de la Pirámide en el estado Lara

  • El ánima de Montenegro en Calabozo, que se dice fue un guerrillero muerto por la Guardia Nacional en los años 70, y que -se cree- aparece ante los presos para ayudarlos.

Es posible confundir a las ánimas con fantasmas pero no son precisamente eso, según algunos, los fantasmas son una forma de recuerdo o energía unido a cosas o personas, que repiten una situación una y otra vez, y que nosotros vemos como apariciones. Las ánimas, por su parte, son en esencia un espíritu o alma que no puede ascender al Paraíso pues debe purgar, atrapada en el Purgatorio, ciertos pecados cometidos, para eso rezan como las antiguas ánimas de La Candelaria, otras advierten los peligros como las ánimas de Guasare, mientras que otras presentan un carácter milagroso por lo que aparecen ante los necesitados para ayudarlos con alguna petición para ganar el favor del cielo.